¡LA ETAPA DE PROMESAS QUE JAMÁS SE CUMPLEN!: INICIAN CAMPAÑAS PARA CAMBIO DE GOBIERNO, DIPUTADOS Y AYUNTAMIENTOS…

A partir del primero de abril inician campaña más de cinco mil aspirantes a cargos de representación popular en los 36 ayuntamientos, 20 diputaciones locales y una gubernatura.

Entre encuestas, campañas sucias y un Instituto Morelense de Procesos Electorales y Participación Ciudadana (Impepac) bajo severos cuestionamientos de parcialidad en sus siete consejeros, de los que cuatro tienen una comprobada militancia en partidos políticos.

La realidad es que por ese tipo de situaciones no debe descartarse una elección más que sucia, llena de sangre y porque vemos que varios de los aspirantes han solicitado la protección de elementos de seguridad.

Caso que resaltó es el de la candidata al gobierno estatal del Movimiento Ciudadano (MC), Jessica Ortega de la Cruz, quien fue “invitada de manera amable” a salir del municipio de Amacuzac con su equipo de colaboradores, bajo advertencia de muerte.

No están exentas de padecer la misma situación sus opositoras Margarita González Saravia y Lucia Meza Guzmán, cuyos colaboradores han sido amenazados, al parecer por la delincuencia organizada que toma territorios de la entidad como propios.

En algunos municipios quienes aspiran a presidir el ayuntamiento, caso de Amacuzac, Mazatepec y Tetecala, entre otros, hay advertencias de no competir, porque serían asesinados como sucedió en un municipio del estado de Guerrero.

La situación sobre la inseguridad hacia los aspirantes a una representación fue advertida por el comisionado Estatal de Seguridad, José Antonio Ortiz Guarneros, desde su última comparecencia pública ante el Congreso estatal.

De acuerdo al servidor público estatal, varios de quienes se han registrado a una presidencia municipal, diputación federal o local “tienen nexos con la delincuencia”, situación que agrava más la competencia electoral.

Pero al respecto poco o nada hacen los siete consejeros del Impepac, quienes a pesar de tener una carga de trabajo abultada solamente estiran la mano para pedir más dinero al gobierno estatal.

La falta de profesionalismo y conocimiento de los consejeros electorales estaría por provocar una crisis en el inicio de las campañas electorales, de una guerra aún más sucia de la que actualmente vivimos.

Lo anterior, sin duda alguna, confrontaría equipos de campaña y vendrían de los espectaculares con mensajes falsos en las redes sociales a el enfrentamiento físico, sobre todo en las campañas a la gubernatura estatal.

Y la probabilidad que el Instituto Nacional Electoral. (INE) atraiga la elección del estado de Morelos por la inestabilidad social es cada vez mayor, como sucede en Guerrero.

Es decir, mientras los siete consejeros electorales del Impepac continúen con esa actuación parcial, el valemadrismo y solo pensar en cobrar el bono de miles de pesos que exigen, por “exceso laboral”, en la entidad hay el riesgo de incluso suspender la elección.

La situación es difícil, complicada y compleja porque también dentro del Tribunal Electoral del Estado de Morelos (TEEM) sus tres magistradas han demostrado que son sus pares de las salas regionales y superior quienes suelen corregir las decisiones tomadas en el ámbito local.

El Impepac provoca el ausentismo en la jornada comicial con la pésima actuación de su consejera presidente, Mireya Gally Jordá, y sus consejeros Javier Arias Casas, Isabel Guadarrama, Enrique Pérez Rodríguez, Elizabeth Martínez Rodriguez, Pedro Alvarado Ramos y Mayte Cazales Campos.

Tan pobre es la labor de los antes referidos que no hay ningún tipo de campaña en la promoción del voto, solamente se han dedicado a “legislar”. -que no es su labor- a su modo para imponer actos que incluso violan el equilibrio de igualdad anotado en el Artículo Primero de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Eso lo saben quienes van en la búsqueda de un espacio de representación popular que actualmente forma parte de la burocracia dorada, pero saben que es conveniente porque al tomar la frase de Joshep Goebbels de repetir mil veces una mentira pueden hacerla como una realidad.

Esa situación hace que los votantes vayan alejándose de las urnas y en las redes sociales evitan ver ese tipo de publicaciones, porque son las aplicaciones quienes les dan mayor entretenimiento.