Por: Felipe Villafaña

Menos de un mes pasó para que saliera a la luz toda la pus, corrupción y abuso que heredó el ex gobernador Cuauhtémoc Blanco, quien además de comprar conciencias, al final se olvidó de sus voceros oficiosos quienes hoy tratan de tapar el cochinero heredado a la administración de la gobernadora Margarita González Saravia.

Para nadie es un secreto que Cuauhtémoc junto con su hermano Ulises Bravo Molina abusaron del poder y el presupuesto manejado a su antojo durante seis años, que sumados a los de Graco Ramírez dejan hundido al estado de Morelos, así como con deudas sin precedentes, en las que las familias de ambos y amigos participaron para hacerse millonarios, con la riqueza local 

El hoy diputado federal plurinominal del Movimiento de Regeneración Nacional, Cuauhtémoc Blanco, salió por la puerta trasera de la entidad, como el tabasqueño Graco Ramírez, con una larga cola de corrupción que les pisen.

Apenas entró al gobierno estatal Margarita González Saravia, varios de sus colaboradores han detectado el robo y atraco de quienes antes que ellos estuvieron al frente de una dependencia u organismo descentralizados local. 

Al igual que Jesús Alberto Capella Ibarra en la Comisión Estatal de Seguridad, José Antonio Ortiz Guarneros utilizó el presupuesto para beneficio personal, así como solapar bandas delictivas que hoy operan en el territorio morelense.

En las instalaciones del edificio de Torre Morelos pueden encontrarse cientos de vehículos automotores abandonados y con el sello de la corrupción impuesta por el almirante José Antonio Ortiz Guarneros, quien trajo de Veracruz un séquito de colaboradores quiénes en los penales del estado de Morelos incurrieron en la extorsión y otros delitos, que deben ser sancionados por la inútil Fiscalía Especializada en el Combate a la Corrupción. Sin embargo, esa oficina es un elefante blanco que hoy es un lastre para la sociedad.

En la Comisión Estatal del Agua, su ex titular Jaime Juárez, se llevó hasta las lámparas e hizo grandes negocios con las obras de rehabilitación de redes de distribución del líquido y por ello está bajo Investigación.

Lo mismo pasó en el Instituto de la Educación Básica del Estado de Morelos, en la que Eliasín Salgado de la Paz saqueó a manos llenas.

Otra dependencia estatal donde hay irregularidades es en la Secretaría de Obras Públicas con la contratación de empresas fantasmas, que supuestamente realizaron trabajos como es la pista del estadio Centenario, que fue inaugurada por Cuauhtémoc Blanco sin ser gobernador y lo peor sin haberse terminado, estando al frente Germán Villa, compadre del ex gobernador.

Y si vamos más allá, está la remodelación del mercado Adolfo López Mateos, en la que está vinculada la ex secretaria de Desarrollo Económico y del Trabajo Cecilia Rodríguez, quien pagó a la empresa constructora los trabajos y al final esta supuesta reconstrucción está sin concluir.

Esto es solo un botón de muestra de la corrupción de Cuauhtémoc Blanco y su hermano Ulises Bravo Molina en el Poder Ejecutivo estatal. Y todavía falta Investigar a Cuauhtémoc Blanco por el presunto acto de violación contra una mujer, que es del conocimiento de la Presidente Claudia Sheinbaum, así como de la Cámara Baja del Congreso de la Unión. Por hoy es todo.